|
Corresponsal desde el Atlántico Desde una isla -Tenerife-, rodeado por las azules aguas oceánicas, con la añoranza de los verdes robledales, utilizo la oportunidad que ofrece la revista la Jañona, de reciente aparición, para transmitir una noticia acorde con sus inquietudes. Al mismo tiempo aprovecho para compartir afanes comunes con mis paisanos y conseguir alivio, aunque sea leve, a la nostalgia por mi tierra de origen. El día 11 de marzo asistí a un concierto de la compositora y cantante maña Carmen París en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife. Acudí atraído por la calidad y originalidad de sus obras en general (en las que consigue una fusión de diferentes estilos musicales con notable éxito) y también porque irnos meses atrás había leído en una crónica periodística que una de las más logradas se inspiraba en el "ajechao salmantino". (Como no podía ser menos, la información me suscitó un gran interés, pues era obligado entender que ese ajechao no podía ser otro que el de Peñaparda). El espectáculo transcurrió a mi plena satisfacción, pero no está en mi intención hacer una crónica del mismo, sino en transmitir una parte muy pequeña y sin embargo, muy significativa, que constituye el motivo de este escrito. Ocurrió que en la presentación de la obra titulada "Chavalica", la cantante explicó a los espectadores que se había inspirado en el ajechao salmantino, que lo había conocido a través del grupo La Musgaña y que su origen es de Peñaparda, provincia de Salamanca donde se interpreta con el pandero cuadrado. (En efecto, la obra se sustenta en el soporte rítmico del ajechao, mientras la letra expone recuerdos de la infancia pueblerina de su autora por las riberas aragonesas del río Ebro. El disco titulado "Jotera lo seras tú" la califica como "jota africanizada sobra ajechao salmantino" y cuenta con la colaboración de Eliseo Parra). Ni que decir tiene que ese hecho, probablemente anecdótico para resto del público contribuyó a que yo disfrutara aún más de la función y a que me propusiera contárselo a mis paisanos, compartiendo con ellos mi alegría. Para los que conocemos y sentimos una manifestación cultural tan genuina y tan localizada dentro del extenso y variopinto campo del folklore español, constituye un honor el reconocimiento ajeno, especialmente si, como en este caso, se realiza de forma excelente y por una artista notable, reconocimiento que igualmente debe servir de estímulo a quienes desde ese rincón del territorio español se esfuerzan de diversas formas (bailando, cantando, recuperando las manifestaciones de la cultura popular en general) en conservar y difundir su cultura tradicional. En otro sentido, la artista Carmen París, al fijar su atención en esa parte tan característica del folklore de Peñaparda, adaptándolo como fuente de inspiración y, por tanto, difundiéndolo, con la mención expresa de su origen, creo que se tiene bien merecido un agradecimiento expreso.( A este respecto me permito sugerir a quien corresponda que haría bien en tener algún gesto de gratitud con ella). Sintiéndome colaborador improvisado de la revista Jañona, animo a sus promotores a continuar en el empeño de mantenerla y mejorarla y aprovecho su difusión para mandar sentidos y nostálgicos recuerdos a mis paisanos. José Luís Rodríguez Acera |
Número 2 |
LA JAÑONA |
Revista Cultural de Peñaparda |